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El Negroni y La Romana

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Creo que la naturaleza une las culturas del mundo. Zimbabwe es un país del sur de África conocido por su espectacular paisaje, diversa fauna y sus áreas de safari. La tierra parece encresparse consiente de que el ojo humano recorre su horizonte sin límite.  África, no necesita de nosotros, la tierra caliente y el amarillo de sus pastos le forman sombras a barreras de espinas puestas en acacias. A lo lejos se mueven formas y entre sombras asoma la vida. Esto es África, no hay monotonía. África nunca se niega.  La luna está hecha para África desde que sale hasta que se esconde. No es la misma, es la que soñaron nuestros ojos y le dieron forma a las fábulas. Trata siempre de escaparse a tus ojos. La noche africana es la más plena de vida y la luna… la luna, lo sabe.    Yo venía de un recorrido en pequeños aviones y llegué al Kariba, que es el lago artificial más grande del mundo y se encuentra en la garganta del río Zambeze, entre las fronteras de Zambia y Zimbabwe. El avión ya se había i

Cartagena de ensueño

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  “Sí el presente…. el  presente y nada más”.                    Tenía dos  novias en México y una en Venezuela. Con esta última me encontré en Cartagena de Indias, ciudad portuaria en la costa caribeña de Colombia. Junto al mar, se encuentra la Ciudad Vieja amurallada. De clima tropical, con plazas, calles de adoquines y edificios coloniales coloridos y playas de arena blanca. La voz retumbó en el aeropuerto: - Aero Andinas anuncia el arribo de su vuelo 347 procedente de Acapulco. Las palpitaciones comenzaron a incrementarse. Habíamos acordado encontrarnos en el aeropuerto. No pude con mi temperamento. Había llegado algunos minutos antes. Llegué  hasta una puerta que comunica a la sala de retiros de maletas. Un hombre de seguridad me frenó el paso. - Señor, sé que no estoy haciendo lo correcto, pero detrás de esa puerta está mi pareja. Hace dos años que no nos vemos… quiero darle una sorpresa.  ¡Por favor permítame ingresar! Si usted lo desea y no confía en mí, sígame. El guardia acce

Ese Amigo del Alma

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La vida es el arte del encuentro, aunque haya tanto desencuentro por la vida. Para un “niño” no hay mejor momento que encontrarse con un amigo en la calle. A decir verdad ya no lo éramos… pero parecíamos. “Entre el ser y el parecer…”, palabras tan oxidadas. El destino volvía a juntarnos y era un buen motivo para celebrar. Recordamos los años que habían pasado desde nuestro último encuentro. Más de treinta en que ninguno supo nada del otro. Siempre le tuve cariño, aun cuando éramos tan distintos. Aquel amigo era tan triste y melancólico que “enmarcaba las actas de defunción”. Sus pañuelos contenían lágrimas por todas las mujeres que lo habían abandonado. Era un gran amante de enamorarse seguido, de buen gusto para elegir. Algunas flojitas para la seducción. La última de la que tenía registro era “casi tan fea como una heladera detrás”. Pero había algo que la hacía sumamente atractiva: su inteligencia. Sobresalía sobre el resto. De modales románticos, fue ideal para sostener sus soledade

Un viaje por el Bósforo, Estambul

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Creyendo descubrir no sabían qué... Preguntándose, ¿"cosa fai"? Era un encuentro como de adolecentes tardíos, llegando al amor sin saberlo. Recordando la película, TOPKAPI, recupero en mi memoria: “Echaron a correr hacia la Torre Galatea haciendo un alto para pegarse una apretadita; antes de espiar el Bósforo por esa puerta tan maravillosa”. Estambul---Constantinopla Tres días de Vida Espiando el Bósforo - Estambul Paseaba con una mochila colgando sobre el hombro y mi cámara de fotos al cuello. Allí fue que conocí a esa mujer que me enseñó algo que jamás olvidaría. Tuve un encuentro, una sorpresa fascinante y una, ¿despedida? Nos encontramos en un cantero en la Plaza Taksim. Una mujer de aspecto nórdico, hermosos ojos azules y una primera sonrisa sobre su misterioso rostro. Aunque me parecía haberla visto en otro lugar. En ocasiones algunas miradas breves contagian emociones. No sabía bien qué pensar, siempre le sostuve la mirada, de profundidad intencionada. Tampoco se cohib

Trazamos un mapa de caricias

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La única vestimenta que llevaba, era que iba descalza. Afortunadamente he tenido muchos amigos en la vida. Uno de ellos era él. Jamás podré olvidarme de esta historia que me contó. Recuerdo. Lo hago ahora también.                        Encontramos refugio en este bar de extraña desolación... “La lluvia había dejado las calles casi vacías y solo quedaban pocos transeúntes. La constante lluvia y el oscilar del limpia-parabrisas me estaban fastidiando. ¿Será un signo de buena suerte? Si hubiera sospechado siquiera. De pronto me siento observado, como si alguien me estuviera mirando y levanté la vista al mismo tiempo que el golpe a la puerta. Sentí una cierta tranquilidad cuando descubrí que era una mujer. Quién era…¿quién podía ser? Estaba casi empapada, todavía tenía un cuerpo de escándalo, por la temperatura y la lluvia, noté ciertos contrastes en su figura. La excitación se marcaba en ese cuerpo. Me ruboricé pensando que ella podía darse cuenta, aunque ella no parecía querer disimular

Un encuentro sin perdedores

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"No sé cuántas vidas me faltan, pero en cada una, espero encontrarme contigo”. Edgar Oceransky Es tarde en la noche. Nos veríamos por segunda vez. Ambos intuíamos que volveríamos a reunirnos. La primera ocasión no había sido en el ambiente adecuado.  Como siempre, llegué puntual. No podía faltar a la fiesta. Unos tragos calmando la sed fueron mis primeros movimientos. De pronto allí estaba. Estatura media, traje rojo muy corto, figura de perfección deliciosa. Cabello rubio suelto, iluminado por una radiante alegría en su rostro. Preciosos ojos verde oscuro, que adquirían un brillo especial bajo la luz.  Pícara mueca en sus rosados labios, que dibuja un resplandor increíble enmarcando una preciosa sonrisa. El silencio reinó en la habitación por algunos instantes cuando ingresó por el salón. Se meció al ritmo de la música, con un aire tanto sensual como atrevido. Saludó a los más allegados. Me miró con certera atención desde lejos y una sonrisita de picardía se dibujó en su rostro. 

Así es como descubrí que sería un viajero

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"Los amigos que perdemos no reposan en la tierra, están sepultados en nuestro corazón" Gracias Pipo… Pipo es alguien que me llevo a todos lados, una de las personas más maravillosas que he conocido. Todo empezó en mi infancia, en mi niñez, él me cuidaba cuando mis padres viajaban a  Rosario o Buenos Aires, entablamos una relación hermosa, como segundo padre. Más allá de todo, era única, como la felicidad misma.  Pipo, sobre su sulky. Él me crió desde que yo tenía 1 año y medio, me cuidó y me arrulló, me enseñó a andar a caballo, a galopar. Y por encima de todo me enseñó a jugar, a correr y a escaparme lejos, a aventurarme a lugares increíbles e insólitos.  Me llevaba a dar largos paseos a escaparnos de lo habitual, y yo con total entrega, iba con mi mente dispuesta a explorar esas porciones del “mundo” que estaban a nuestro alcance, esperando eternamente nuestra compañía. Íbamos por ahí llevando una tropa de vacas, de campo a campo. Dormíamos arriba de los cueros, arriba de l